Se olvidó de marcar la casilla.
Sarah y su hijo Cameron se vieron sorprendidos por un segundo cuando vieron que en su licencia de conducir faltaba la designación de donante de órganos registrado. Cameron se registró como donante a través del departamento de vehículos motorizados, pero perdió su billetera y su licencia en un reciente viaje de caza. Volvió a sacar su licencia, pero se olvidó de volver a marcar la casilla durante el proceso. No era gran cosa, lo haría cuando fuera el momento de renovarla.
Tan solo dos noches después, Cameron resultó herido y murió en un accidente automovilístico. Estuvo con soporte vital durante dos días antes de que los médicos determinaran que el joven de 22 años tenía muerte cerebral: su cerebro había estado privado de oxígeno durante demasiado tiempo. Fue entonces cuando un representante de donación de órganos les preguntó a los padres de Cameron si considerarían la donación. Aunque su licencia no lo mostraba, Sarah lo sabía: "Cameron lo hubiera querido".
Se obligó a pensar en la situación desde una perspectiva diferente: "¿Qué pasaría si Cameron necesitara un riñón, un corazón o un hígado para vivir... pero a cinco millas alguien murió y enterraron [el órgano] que podría haber salvado la vida de Cameron? " Ese pensamiento fue suficiente y, con el consentimiento de sus padres, Cameron se convirtió en donante de órganos, córneas y tejidos.
El hígado de Cameron salvó a una madre con cinco hijos que sufría la enfermedad de hígado graso, que se desarrolló como una complicación de su quinto embarazo.
Su corazón late dentro de un hombre que pasó 11 meses en el hospital esperando una luz de esperanza.
El riñón de Cameron revivió a una mujer que había estado en diálisis durante años porque el órgano se dañó a causa de la respuesta inmunitaria natural del cuerpo ante quemaduras severas. Sus médicos no tenían ninguna esperanza de encontrar un órgano compatible.
Con su donación de córnea y tejido, Cameron mejoró la vida de 18 personas más en todo el país.
La decisión de Cameron de ser donante de órganos también le dio un regalo a su madre. Ahora, Sarah tiene "algo positivo que surgió de algo negativo. Porque sin la donación, lo único que tendría yo es su muerte en un accidente automovilístico y su vida acabada", dice.
Sarah se ha convertido en promotora activa de la donación de órganos, compartiendo ampliamente la historia de Cameron y animando a otros a inscribirse como donantes de órganos, córneas y tejidos. De esta manera, amplifica aún más su impacto.
Piensa en lo mucho que significan las donaciones de Cameron para sus beneficiarios. Se imagina a las familias de los destinatarios, personas que ha llegado a conocer y por las que se preocupa, preparándose para despedirse, y se maravilla de que Cameron haya podido evitarles el dolor de la pérdida.
A Sarah le gusta pensar en cómo, al menos durante un tiempo, los beneficiarios y sus seres queridos seguirán disfrutando tiempo juntos.
Visualiza los efectos de su energía positiva: ondas infinitas que resuenan sobre la existencia.
Sarah vive con el dolor de la pérdida, pero encuentra consuelo en el bien causado por las donaciones de Cameron que mejoran vidas.
Dese la oportunidad de transmitir esperanza a quien la necesita: inscríbase hoy mismo como donante de órganos, córneas y tejidos.