En tan solo un instante, la vida de Manuel cambió cuando un cable de alta tensión caído lo golpeó. Solo tenía 22 años cuando 115.000 voltios de electricidad recorrieron su cuerpo. El riesgo de una mayor descarga eléctrica impidió que sus compañeros de trabajo pudieran ayudarle. Solo podían observar mientras sufría quemaduras que ponían en riesgo su vida. Fue transportado por vía aérea a Doctors Hospital, una clínica de quemaduras destacada en Augusta, Georgia. Fue un milagro que sobreviviera.
Manuel pasó tres meses recibiendo injertos de piel de AlloSource para curar sus quemaduras. Igualmente, perdió ambos brazos y piernas. La lucha física y emocional fue abrumadora. "No entendía por qué habían salvado mi vida", explica Manuel. "No creí que pudiera seguir adelante".
De igual manera, este hombre joven y valiente perseveró. Luego de su estadía en la unidad de quemados, fue trasladado a The Denver Center for Extremities at Risk. Con el objetivo de ayudarlo, los médicos usaron huesos humanos de un donante a fin de crear un nuevo hombro para Manuel y poder colocarle una prótesis. Con su nuevo hombro y la prótesis, Manuel pudo volver a alimentarse solo, cepillar sus dientes e incluso rascarse la cabeza.
Manuel está esperando mejoras para sus piernas mientras surgen nuevas técnicas que permitan colocarle las prótesis. En la actualidad, gracias a los tejidos del donante y a las prótesis, todavía conduce, esquía, practica esquí acuático y es propietario de un taller de reparación de carrocerías.
Manuel admite que los dos primeros años después del accidente fueron muy difíciles. Pasó por contratiempos personales pero otros amputados de sus grupos de apoyo lo han inspirado. "Ahora estoy agradecido de estar vivo", dice. "Quiero probar cosas nuevas. Veo la vida desde una perspectiva totalmente nueva".