Sabrina
beneficiaria de riñón y páncreas
Tennessee
Cuando a Sabrina le diagnosticaron diabetes juvenil a los 8 años, su páncreas ya no funcionaba. A medida que pasaban los años, sus riñones también empezaron a fallar. Sabrina comenzó a dializarse y sus médicos la registraron en la lista para un trasplante de riñón.
Cuatro meses después, Sabrina se enteró que recibiría un riñón y un páncreas.
Era una bendición agridulce; sabía que el regalo de la vida significaba el sacrificio de otra persona.
"Es por eso que ahora comparto mi historia", explica. "No puedo poner en palabras lo maravillosa que es mi vida ahora. Un donante de órganos realmente salva vidas y da esperanza".