Roxanne es una fuerza activa en defensa de la donación. Hoy, ella y su hijo, Kellen, han armado una mesa exhibidora en una feria para adultos para difundir información sobre la inscripción de estadounidenses mayores.
"Lo primero que me dicen las personas mayores de 50 es... 'Soy muy viejo. Nadie querría mis órganos'. Algo totalmente alejado de la realidad. Uno nunca es demasiado viejo. El año pasado, una persona de más de 90 años fue donante de órganos".
La pasión de Roxanne por la donación viene desde el corazón, desde su nuevo corazón. Unos pocos años antes, Roxanne se enteró de que tenía una enfermedad cardiaca y que necesitaría un trasplante. Después de eso, Roxanne pasó sus días dentro y fuera de los hospitales. Estuvo internada durante 104 días, intentando mantener su fuerza y esperando el regalo de un trasplante de corazón.
Finalmente, luego de varias compatibilidades fallidas, recibió un trasplante de corazón. Fue una sensación agridulce; ella se enteró de que su donante había sido un hombre joven, casi de la misma edad que su hijo Kellen. Ese fue el día que Roxanne decidió dedicar su vida a la donación, y a honrar a su donante.
En la actualidad, ella asiste a eventos de todo tipo, contando la historia de su donante y cómo salvó cinco vidas. Incluso ella se encontró con la familia de su donante en un programa de televisión, y ellos la alentaron a seguir con sus actividades de difusión.
A la fecha, Roxanne y Kellen han inscrito más de 1.500 personas. ¿El objetivo de Roxanne? "Quiero inscribir la mayor cantidad de personas en Estados Unidos", dice ella, sonriendo. "Ese es mi objetivo".