A Nicholas le encanta andar en su "caimán" y su bicicleta, jugar fútbol, hacer gimnasia y estar en la piscina. A su familia le fascina que pueda disfrutar de todas esas cosas, y que esté vivo.
Cuando Nicholas tenía solo 8 semanas de vida, le diagnosticaron atresia biliar, una condición hepática con riesgo de vida. Con solo 4 meses, recibió un trasplante de hígado gracias a una niña de 6 años y a su familia.
La mamá de Nicholas, Heather, trabaja como voluntaria en una organización de procuración de órganos en Houston llamada LifeGift. Cuando habló en la Cámara de Texas y en el Senado para pedir por la aprobación de la Ley Uniforme de Donaciones Anatómicas (2006), Nicholas estuvo con ella. Cuando se aprobó la ley en Texas y el Gobernador la promulgó, Nicholas y Heather estuvieron presentes allí también. Dieron su testimonio sobre la importancia de un trasplante para salvar vidas y de la compasión de los donantes y sus familias que lo hacen posible.
La historia de Nicholas es cortesía de su madre, Heather.