Rosie esperaba con ansias el nacimiento de su hijo. Tuvo un embarazo saludable, y todo iba bien. Pero cuando nació Estevan, Rosie supo que el futuro sería duro para ambos.
Estevan nació con espina bífida, un defecto congénito que ocurre cuando el cordón umbilical no se cierra de manera correcta en el útero. La afección puede causar acumulación de fluido en el cerebro, dificultades de aprendizaje y muchos otros desafíos. Estevan también estaría parapléjico, no podrá caminar y estará limitado a una silla de ruedas.
Los médicos tenían más malas noticias para Rosie. "Fueron muy dulces pero muy honestos también. Me dijeron que crecería, pero yo viviría más que mi hijo. Con tanto estrés en el cuerpo, la expectativa de vida normal para una persona con la afección de Estevan era cerca de 27 años.
Rosie, su familia y amigos se aseguraron de que Estevan tuviera la mejor calidad de vida que pudiese disfrutar. Amaba la escuela, nadar y las grandes cenas familiares. "Nacimos y crecimos como vaqueros", explica Rosie. La vida de Estevan en su granja de Texas también incluía cabalgatas, camping, sombreros vaqueros y amor por la música de George Strait.
Estevan comenzó a experimentar convulsiones en la edad adulta. Sufrió una gran convulsión en el hospital que lo dejó con muerte cerebral. Murió a los 22 años. Rosie sabía, en ese momento, que quería que Estevan continuase viviendo como un donante de órganos. Donó sus riñones, hígado y corazón, salvando así cuatro vidas.
Poco tiempo después de su fallecimiento, Rosie elaboró una pequeña biografía sobre su hijo con una foto. La envió a organizaciones de donaciones para compartirla con aquellos que recibieran sus donaciones. Finalmente, recibió una nota del beneficiario de su riñón y una carta del señor que recibió el corazón de Estevan, que escribió:
"Gracias por compartir estos detalles especiales sobre Estevan. Creo que él y yo tenemos muchas cosas en común. Como su hijo, soy solo un simple hombre de campo, también amo todo lo relacionado a lo rural."
"En el momento de mi trasplante, mi futuro era desalentador. El regalo de su hijo me devolvió la vida, y siempre estaré agradecido. Quiero que sepa que su hijo continúa viviendo a través de mí. Quiero que sepa que tengo toda la intención de cuidar y preservar este precioso regalo tantos años como lo permita Dios. No solo es para mí sino también para mi familia, a quien amo más de lo que las palabras puedan expresar".
Rosie se sentía agradecida de haber recibido esas palabras de gratitud de dos beneficiaron de Estevan. Espera oír de otros.
"Solo quiero que todos sepan que Estevan fue el mejor niño que cualquiera podría tener. Nunca conoció a un extraño. Era un ángel y un caballero. Fue un orgullo ser su madre".
Rosie espera que más personas conozcan sobre el regalo invaluable de la donación y hablen con sus familiares.
"Fuimos creados para ser buenos y ayudar a nuestros compañeros, y la donación de órganos está para ayudar. Este es el regalo final que podemos ofrecer".
La historia de Estevan es cortesía de la Texas Organ Sharing Alliance.