Cuando Kristy tenía solo 13 años, ella y su hermana Wendy recibieron la llamada que nadie quiere recibir. Su padre, John, había sufrido un aneurisma. Su cuerpo estaba en soporte vital en el hospital, pero ya tenía muerte cerebral antes de que llegaran las niñas.
Kristy recuerda el tiempo en el hospital esperando a otros miembros de la familia y el caos del momento. También recuerda saber que lo único bueno que saldría de esta tragedia sería la donación de órganos de su padre.
Ese día, John salvó a cinco familias con el regalo de sus riñones, pulmones e hígado.
A Kristy fue lo único que le dio esperanza durante ese terrible momento. "Al menos otros tendrán a sus familiares", pensó. "Su vida continuará a través de otras personas".
En los años que siguieron, algunos de los beneficiarios escribieron a la familia de Kristy sobre cómo los regalos de su padre transformaron sus vidas. Una dijo que ya no tenía que estar en diálisis y que había comenzado a trotar. Otra dijo que había estado postrada en la cama durante 20 años y no tenía esperanza, pero el regalo de John le dio una vida nueva.
Una tercera carta, especialmente conmovedora para Kristy, fue de un padre que dijo que sentía que era como "Dios obrando" porque podía llevar a su hija por el altar. "Aunqperdí a mi propio padre", dijo Kristy, "saber que otra mujer tuvo esa oportunidad, me dio paz".
Podrían haber sido los poderes curativos de esas cartas lo que más tarde ayudaron a Kristy a escribir una carta propia, esta vez sobre su padre. Ella siempre quiso darle las gracias y el adiós como es debido. Entonces, cuando se presentó la oportunidad, supo lo que quería compartir.
Si pudiera decirle una cosa más a su padre, escribió Kristy, le diría "gracias" por todo lo que hizo para darle a su familia una buena vida; por todas las veces que les dijo "te amo" a sus hijas, incluso cuando pensó que no podían escuchar; y lo orgullosa que estaba de él.
Incluso ahora, años después, la donación de órganos le sigue dando paz a Kristy y la ayuda a mantener viva la memoria de su padre. Habla con los adolescentes en las escuelas sobre la importancia de inscribirse cuando obtienen su licencia. Trabaja con Lifesharing de California y participa en celebraciones. Todo a través de la empatía y el conocimiento que adquirió a lo largo de los años.
¿Por qué la gente debería decir sí a la donación de órganos? “Creo que lo que la gente no entiende es la paz que trae a tu familia. Que nuestra pérdida no fue en vano”, dice Kristy. "Y saber que estás viviendo a través de otros y que puedes cambiar la vida de las personas. Que puedes dar tal regalo en este poco tiempo que estamos todos aquí. Es genial".