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Cada día es una copa helada con una gran porción de crema batida y una cereza encima

Linda
Beneficiaria de riñón
Maryland
"Para nosotros, cada día es una copa helada con una gran porción de crema batida y una cereza encima. Estamos vivos. Estamos aquí y les damos las gracias, gracias, gracias". - Linda

Cuando Linda se dirigió a las familias de donantes que asistieron a la Ceremonia Nacional de Reconocimiento al Donante auspiciada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. en Washington, D.C., las lágrimas le rodaron lentamente por las mejillas. Ese día habló no solo por ella misma, sino también por todos los otros beneficiarios de trasplantes, de los cuales 10 son miembros de su familia, quienes al igual que ella necesitaron trasplantes de riñón.

Para Linda, "estar aquí" significa ser la presidenta de una de las divisiones más grandes de Transplant Recipients International Organization, Inc. Además, es contadora pública y dueña de su propia empresa. También significa que Linda y su hermana han participado 13 veces en Cannonball One Lap of America, una competencia de manejo por 5.000 millas durante ocho días, intercalada con pruebas contrarreloj en circuitos y carreras de aceleración a lo largo del trayecto. A bordo de su Porsche Boxster, adornado con calcomanías para concientizar sobre la donación, viaja por 22 estados y difunde la toma de conciencia sobre la donación. Un año durante la carrera, dos miembros de la familia de Linda estaban esperando un riñón: un primo y la hermana que estaba recorriendo Estados Unidos con ella. "Si la hermana de Linda hubiera recibido una llamada en el camino avisando que un riñón estaba disponible, ¡entonces hubiéramos corrido hacia el centro de trasplantes! ¡De cualquier forma que se mire, estábamos en una carrera por la vida!".

Una vez, el compañero de carrera de Linda fue un amigo de su juventud quien por casualidad es un beneficiario de tejidos. Durante esa carrera, Linda tuvo un problema con el automóvil y llegó última, pero cruzó la línea de llegada. Para ella, el puesto de llegada no importa. Lo hacemos porque es divertido y porque concientiza a la gente sobre la necesidad de donar órganos y tejidos. Ese automóvil recibe mucha atención y cada año podemos hablarle a mucha gente sobre convertirse en donantes", dijo Linda. Al año siguiente, la hermana de Linda, con su nuevo riñón, volvió a la carrera. "Durante la carrera hacemos entrevistas en televisión, radio y periódicos; le hablamos a cualquiera que quiera escucharnos. Y aunque quedamos en último lugar entre quienes finalizaron la carrera, recibimos un premio por quedar en último lugar y fuimos cuartos en la clase".

¿Quedar últimos? No es gran cosa. Para esta beneficiaria de trasplante de órganos y para su familia, cada día, realmente cada día, es una copa helada con crema batida y una cereza encima.

La historia es cortesía de Linda

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