
Marie and Rickey, veteranos de las Fuerzas Armadas, saben lo importante que es la donación de órganos. Su hijo, Mikey, recibió un trasplante de hígado que le salvó la vida en Texas Children's Hospital en Houston cuando tenía solo cinco meses de edad.
Hoy en día, Mikey rebosa vida. Le encanta coleccionar calcomanías y jugar al baloncesto con su hermano mayor, Kendall. La familia continúa colaborando con su comunidad como participantes de LifeGift Vital Volunteers. Incluso han ido a Austin para presionar por el cambio y defender a quienes esperan un trasplante.